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Tópicos Literarios.

Beatus ille (Feliz aquel)

Está basado en la obra homónima del poeta latino Horacio y hace referencia a aquellas personas que optan por una vida retirada, alejándose de toda actividad mundana, para privilegiar el encuentro consigo mismos. En la literatura tradicional española, este tópico ha adquirido un matiz distinto, ya que a la opción por una vida tranquila une la valoración de la vida que se vive en el campo.

Ejemplo: “¡Qué descansada vida
la del que huye del mundanal ruido,
y sigue la escondida
senda por donde han ido
los pocos sabios que en el mundo han sido”

Carpe Diem (Aprovecha el día)

Proviene de una oda horaciana en la que se exhorta a vivir intensamente la vida en el momento presente. Este tópico se desarrolló preferentemente durante el renacimiento, en donde había una profunda exaltación de lo humano, con un marcado carácter hedonista producto de la toma de conciencia ante la fugacidad de la vida

“…coged de vuestra alegre primavera
el dulce fruto, antes que el tiempo airado
cubra de nieve la hermosa cumbre”


La dedicatoria

Este tópico es característico del Renacimiento y en él se dedica la obra a un personaje de renombre social a quien se quiere enaltecer y a quien, generalmente se le agradece el apoyo otorgado al artista.

“Enviando a Vuestra Excelencia los días pasados mis comedias, antes impresas que representadas, si bien me acuerdo,dije, que Don Quijote quedaba calzadas las espuelas para ir a besar las manos a Vuestra excelencia”
“El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha” ( II parte) Dedicatoria al Conde de Lemos.


El locus amoenus (El lugar ameno, deleitoso)

Se refiere a la descripción de un paisaje ideal o perfecto sin ningún tipo de carencia. Generalmente, dicho paisaje se entiende compuesto de árboles, un prado, una fuente, o arroyo con aguas cristalinas, flores, el canto de las aves y el suave soplo de la brisa.

“Me encontré en un prado verde, intacto, bien poblado de muchas flores, un lugar codiciable para el hombre cansado”
Gonzalo de Berceo


Ubi sunt (Dónde están)

Alude a la reflexión existencial motivada por la fugacidad de las cosas sujetas al tiempo. Originalmente, en el siglo XII un poeta planteó la problemática de la fragilidad de todo aquello que parecía indestructible, pues ante la muerte nada servía. Para ejemplificar su postura hizo referencia al imperio babilónico, la muerte de los emperadores romanos, y de los grandes personajes de la antigüedad. Esta reflexión llevaba consigo la estructuración de su retórica, pues organizaba a base de la repetición de la pregunta ¿Dónde están?

“Qué se hizo el rey Don Juan? / Los infantes de Aragón, / ¿qué se ficieron?/ ¿Qué fue de tanto galán? /
¿Qué fue de tanta invención / como trujieron?


La falsa modestia.

Sus orígenes se remontan al discurso forense, en donde el emisor tenía como meta ganarse la benevolencia del juez junto a la atención y la docilidad de sus oyentes. Para lograrlo debía recurrir a una presentación humilde. Sin embargo, como era el mismo emisor quien hacía galas de modestia, la presentación resultaba falsa y poco espontánea. Posteriormente este tópico fue cobrando nuevas modalidades

Excusarse por la escasez y fragilidad de su talento artístico, declararse que ha comenzado su obra temblando a causa de la dificultad de la tarea, utilizar formulas de empequeñecimiento de sí mismo, descalificándose, manifestar que están escribiendo la obra a sugerencia, encargo, pedido o mandato de otra persona.

“No despreciéis el don, aunque tan pobre
para que autoridad mi verso cobre” (Alonso de Ercilla, “La Araucana”)

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